El Blog Acropolitano
Filosofando

Walk

Hace 5 años que se lanzó este hermoso tema rockero de la banda Foo Fighters: Walk, del álbum Wasting Lights el año 2011, motivo por el cual pusimos en el título el Lustro, que equivale a un período de cinco años, lo que la mayoría llamaría un quinquenio.

A veces el título adecuado no es el más comercial, pero no me preocupa mucho si es que a cambio te llevaste de yapa una nueva palabrita del diccionario.

Bueno, ahora quiero entrar al análisis de Walk, y lo haré sin revisar cada línea de su letra pero mostrando un lado más filosófico de su cristal en la interpretación:

La canción empieza con un suave arpegio de guitarra, y dice: “A un millón de millas lejos, tu señal en la distancia, para quien pueda importar”, aquí habla quizás a sí mismo, evocando nostálgicamente un alejamiento o desconexión.

Luego continúa “Creo que he perdido mi camino, volviéndome bueno al empezar de nuevo cada vez que regreso”, y es aquí cuando nos aclara que no es la primera vez y que ya ha intentado antes retornar de este estado.

Esto fácilmente nos hace pensar en los flojos y repetidos intentos que hemos  tenido por dejar atrás nuestras aletargadas rutinas, defectos y hasta vicios, pero al igual que el náufrago que con pataleos intenta alejarse de la isla desierta, no logra vencer las olas y aventurarse a altamar si no es con la ayuda de un buen soplo de viento. Hace falta un cambio.

Es aquí cuando la canción empieza tomar ritmo, y su estribillo cuya melodía me encanta, dice: “Estoy aprendiendo a caminar de nuevo, aprendiendo a hablar de nuevo, ¿Por dónde empiezo?”, y sin tener vergüenza de comenzar de nuevo se pregunta por donde debe empezar, nada de lo intentado en el pasado le ha funcionado, realmente necesita salir de ahí y aprender un nuevo lenguaje del alma.

Empieza a recordar cuando “Construíamos estas montañas de papel, para luego verlas arder”. Cómo las personas dedicamos gran parte de nuestra existencia a  levantar castillos de naipes, o papel, es decir,  un vivir egoísta y apegados a lo material, acumulando por fuera pero por dentro vacíos y débiles hasta quemarnos como una fogata de papel.

En este punto la canción está llegando a su punto más álgido al estilo que solamente Foo Fighters sabe hacerlo, con la batería de Taylor Hawkins marcando los cortes intensamente y la gutural voz de David Grohl dando este flechazo filosófico, definitivamente el despertar viene con un chorro de agua fría, y me gusta que el Rock pueda ser un buen mensajero en ese sentido:

Creo que encontré mi lugar. ¿Puedes sentirlo crecer más fuerte?”, pues ya se estableció un cambio, algo crece en su interior y ya no es el mismo de antes, luego prosigue: “Ahora por primera vez, no hagas caso y vuelve a liberarme”, diciéndose a sí mismo que se libere de las cadenas del pasado. No se refiere a que el personaje se encuentra en la cárcel, sino más que nada a una cárcel interior, como cuando pensamos que somos más libres haciendo lo que “nos da la gana” y en realidad somos cada vez más dependientes de cosas materiales como la avaricia, la comodidad, el ocio y la tecnología, para mencionar algunos, que nos mantienen alejados de la realidad al igual que el personaje al inicio de la canción.

Ya en la última parte, el personaje más que en Ira se puede decir que revienta en Éxtasis, “I never wanna die”, declara que no quiere morir nunca, está empezando a entender que es inmortal como su alma y no sólo un pedazo de carne, y lo grita!

El video musical, aunque con algunos aspectos un poco más superficiales de la cotidianeidad, y con un Dave Grohl muy al estilo Michael Douglas en la película ‘Un día de furia‘, logra reflejar ésta idea de hastío, lucha interior y cambio.

Existen distintas formas de apreciar el arte y también distintas formas de interpretar una buena canción. Esta es la perspectiva que he preferido ver, ya que como un amigo me dijo una vez, podemos ver las cosas siendo como la abeja, que extrae el néctar de las flores, o como la mosca, siempre busca sobre la basura.

Volviendo al tema de la palabra lustro, sabías que su origen se remonta a la Antigua Roma en que había una ceremonia de la lustratio o purificación, la cual se desarrollaba justamente cada cinco años y era de mucha importancia para el Imperio? Inclusive los ejércitos romanos eran purificados antes de salir de campaña y la ceremonia se repetía antes de cada batalla. Pero sin importar los detalles de cómo realizaban esta purificación, creo que lo rescatable es el simbolismo de renovación que brinda.

Cuando, ojalá, nos diéramos cuenta de que estamos viviendo enfrascados en una rutina sin sentido, agarrados a nuestra sillas, respirando el aire viejo de nuestra zona de confort sin querer aventurarnos ni medio metro, o que las cosas que hacemos en el día a día no siguen un propósito superior como tratar de ser mejor persona, desarrollar algunas virtudes y hacer algo por los demás, entonces, al igual que el ejército romano quizás llegó también para nosotros la hora de purificarnos un poco antes de enfrentarnos a lo que cómodamente nos encadena y así librar una batalla, ya no con lanzas y escudos, sino del tipo interior.

Dicen que la prueba más difícil es enfrentarse a uno mismo, al igual que en el libro Baghavad Gita, la obra quizás con mayor mensaje espiritual en la tradición de la antigua India, el heroico Arjuna debe enfrentar en batalla a sus parientes más cercanos que en realidad simbolizan los defectos, que los tenemos tan cercanos, los protegemos y justificamos, y que ni por si acaso queremos enfrentar y al contrario, nos aferramos a ellos.

Esta decisión puede que sea la mayor prueba de valor, puesto que resulta tan difícil enfrentar a lo que le tenemos tanto apego y afecto, pero que la misma al final nos permitirá verdaderamente empezar un camino un poco más coherente y filosófico, WALK!

Imagen

“Foo Fighters LIVE” por Ed VIII bajo BY NC SA 2.0

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